Ninfa nuestra vecina del mes

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Ninfa nuestra vecina del mes

Sindicato OTRAS
Publicado en Articulo · 9 Diciembre 2019
Entrevista a Ninfa, Portavoz de AFEMTRAS en el diario LAVAPIÉS, LA LATINA Y EMBAJADORES


Hola, Ninfa, cuéntanos acerca de ti.

Soy Ninfa, portavoz de AFEMTRAS, Asociación Feminista de Trabajadoras Sexuales. Nacimos como respuesta a la ley mordaza que estaba implantándose en Villaverde, en el polígono Marconi.

 
Para hacer la entrevista buscamos como referencia al Colectivo Hetaira, que estaba aquí, en el distrito Centro, y fueron ellas las que nos dieron la referencia de vuestro colectivo.
 
En realidad, las mujeres de AFEMTRAS nacimos de la militancia de Hetaira. Cuando tuvimos problemas en los tiempos de la Casa de Campo, muchas compañeras vinieron al centro, a la parte de Telefónica, Fuencarral, Desengaño, y ahora aquí, en la zona de Jacinto Benavente.
  
Con Hetaira, ¿qué pasó? ¿Por qué tuvo que cerrarse?
 
Todo tiene su ciclo. Hetaira estuvo más de 20 años por la lucha de nuestros derechos. Cuando estábamos en la Casa de Campo, siempre teníamos asociaciones que nos daban asistencia social, cursos, talleres de costura, pero cuando las compañeras tenían algún problema acudían a este colectivo. Siempre nos han pagado cursos, aunque algunas compañeras no necesitaban ayudas porque mediante su trabajo podían pagarse sus cosas. Cuando comenzaron los hostigamientos en la Casa de Campo y en Montera, nos dimos cuenta de que solo Hetaira era la asociación que estaba junto a nosotras y que no solamente luchaba contra la vulneración de los derechos de las prostitutas, sino que también reclamaba el reconocimiento de los derechos laborales. Para nosotras era un choque porque siempre hemos venido del estereotipo “esto no es un trabajo".
  
Hetaira no os quería "rescatar" de nada.
 
No. Además, luchaba contra el estigma de puta que tanto nos afecta a nosotras en nuestras vidas.
  
Yo recuerdo a Hetaira en el 8 de marzo como vanguardia de los colectivos más potentes.
 
Sí, había feministas muy potentes allí. Estaban Cristina Garaizabal, Concha García Altares, Mamen Briz, entre otras...
  
¿Por qué el feminismo tiene esa opinión de ilegalizar la prostitución?
 
El feminismo tiene muchas corrientes y quien tiene el mayor altavoz es el que está en el poder. Hablo del abolicionismo, de un feminismo que cada vez es más beligerante. Siempre considera que la prostituta es una víctima y, cuando esta dice “no soy victima", entonces va contra ella para estigmatizarla ya no como puta, sino como “proxeneta”.
  
Pero ¿no puede una mujer hacer con su cuerpo lo que quiera? ¿Tiene que pedir permiso a alguien?
 
Sí, siempre y cuando sean ellas, las mujeres blancas. Ellas sí pueden tener esa emancipación. Las mujeres negras, las africanas, las racializadas, las migrantes, las pobres no tenemos esa libertad. Aquí hay un clasismo, Yo sí puedo, yo sí soy y tú eres la víctima. De esa manera nos confrontan.
  
Antes era la represión de las iglesias, había una represión moral, pero ahora desde la izquierda está habiendo gente bastante censora.
 
Sí, el orden siempre lo ha dictado el poder (los Estados, los Gobiernos), muy amadrinados por la religión. Lo triste es que se ha unido a esa moral una nueva, con tretas teóricas. Es más, puede ser peligroso porque está colaborando a endurecer el Código Penal en donde las penas siempre recaen en las personas menos favorecidas socialmente. Y, cómo no, es la mujer quien siempre pierde.
  
¿Qué le dirías a la gente que dice "tú vendes tu cuerpo, tu moral, tu honestidad"?
 
Estas “feministas” son las primeras en reducir el “cuerpo de la mujer”, circunscribirlo concretamente a la vagina, la entrepierna. Por ello, dan a parecer que nadie utiliza una parte del cuerpo para realizar una tarea, una labor, solo las putas. En el mundo capitalista en el que vivimos todo se vende. Las putas no hemos inventado el capitalismo.
 
¿Tienes la sensación de estar vendiendo algo?
 
Yo ofrezco unos servicios para quien los quiera, dentro de las libertades. Esta actividad es para personas adultas y, de hecho, ¿qué es el trabajo sexual? Es el intercambio de relaciones sexuales por dinero entre personas adultas, mayores de edad, que deciden ofrecer unos servicios y otras deciden remunerarlas por ello.
  
Estamos en un mundo en que casi todo lo que se hace es por dinero.
 
Sí. El trabajo sexual es muy amplio porque abarca las webcams, la pornografía, las líneas eróticas, a los strippers... Pero solo se ataca a la prostitución por la trata que parece que solo en ella existe, y no en la agricultura, por ejemplo, donde hay abusos en los invernaderos, o en el empleo doméstico. Sabemos que hay mujeres que optan por el servicio doméstico y que están en total situación de indefensión, explotadas, sin documentación.
Lo justo es que os traten como actividad laboral, que os den seguridad. Si hay riesgos, de lo que se trata es de organizarse para protegerse.
 
Eso es. Luchamos por la autoorganización de las trabajadoras exuales. Esto se está dando a nivel mundial. Se están organizando y luchando contra todas las indefensiones. Al no haber un marco jurídico laboral que las reconozca como trabajadoras, se están dando abusos. Las prostitutas organizadas lo que hacen es denunciar. Es un movimiento interesante porque millones de mujeres sin conocerse están reclamando una cosa: el reconocimiento de los derechos sociales y laborales.
 
Tanto como trabajadoras autónomas como por cuenta ajena, ¿las dos formas serían admisibles?
 
Es que hay un negacionismo consistente en creer que no existe la patronal de la prostitución, y existe.
Cuando no queremos trabajar en la calle, porque las condiciones son las que son (el frio, el calor), vamos a un piso a trabajar. Hay personas a cargo de esos pisos y nos imponen un porcentaje de esos servicios, un cincuenta por ciento. A muchas no les importa, lo que les duele es que ese cincuenta por ciento retirado no les sirva para tener derechos. Con un contrato laboral puedo alquilarme un piso. Ahora mismo, un problema es cómo hacemos para poder acceder a una vivienda. En España, los empresarios están organizados desde 2004 y a las mujeres que nos dedicamos a esto no nos quieren reconocer.
 El año pasado formamos un sindicato, y mira el lío que se armó: cierto feminismo nos llevó a la Audiencia Nacional.
 
¿Y quiénes os han defendido?
 
Existe una gran hipocresía por parte de los partidos políticos. Hay una cosa tremenda en los partidos de izquierda, y es que no están de acuerdo con la autoorganización de las trabajadoras sexuales y, sin embargo, según se sabe por ahí, en Andalucía, cuando Izquierda Unida ha compartido poder con el PSOE, han otorgado la licencia a los clubes, Curiosamente, a la clase empresarial se les concede la licencia y a mis compañeras, cuando van a dar una conferencia, siempre se las hostiga.
 
¿Se os acusa de ser proxenetas de vuestras propias compañeras?
 
El propio feminismo y la propia izquierda nos acusan a nosotras, sí. Acusan a quienes damos la cara y también a nuestras aliadas que, dentro del feminismo, están denunciando nuestras indefensiones. Nos acusan de proxenetas, cuando sus compañeros varones, en los puestos de poder, están otorgando licencias.
 


¿No ha habido ningún partido que defienda legalizar la prostitución, regularla y daros la condición de  trabajadoras?
 
Es una de las falsedades del Estado español. La prostitución ya está siendo legislada por medio de leyes mordazas y de normativas municipales que nos perjudican. Se nos acusa de blanquear el proxenetismo por demandar que se saque la prostitución del Código Penal y que pase al ámbito laboral. Se nos acusa de regulacionistas. El abolicionismo en sí es un modelo regulador que la legisla. Existen diferentes tipos: está el prohibicionismo, que no permite asociarnos y donde somos vistas como delincuentes. Está el abolicionismo, que no nos persigue, pero demoniza y criminaliza todo lo que está a nuestro alrededor, incluso penaliza al que sirve un café a la puta.
 
¿Crees que existiría un mundo sin prostitución?
 
Hay modelos, como el sueco, que suelen vender que han acabado con la prostitución, cuando no es verdad. Lo que han hecho es clandestinizarla. De hecho, os invito a ver el documental Donde las putas no existen, que habla de esta realidad. ¿Quién va a evitar que dos personas se pongan de acuerdo? Hay un regulacionismo en países como Holanda y Alemania. Eso a nosotras no nos Interesa. El regulacionismo favorece los intereses de la clase patronal y no otorga ningún derecho. Hay un beneficio enorme, pero muy poco para nosotras.
 
¿Ningún país te parece referencia?
 
Hay un modelo que tenemos como referencia: el neozelandés. Fue producto de la labor de las trabajadoras sexuales con el movimiento feminista en favor de nuestros derechos y con políticos que lograron sacar del Código Penal esta actividad y la pasaron al terreno de lo laboral. Es la despenalización de la prostitución. Pone el foco en los derechos laborales y sociales de las trabajadoras sexuales. Nos parece interesante porque, en 2003, este modelo empezó a ponerse en marcha y hay estudios oficiales que indican que el noventa por ciento de las prostitutas han mejorado sus condiciones. Las mujeres pueden asociarse y trabajar. A partir de cuatro personas, están obligadas a registrarse. Se contemplan medidas de apoyo para el abandono del trabajo sexual y la búsqueda de otro empleo. Además, la policía está para colaborar, para proteger.
 
¿A ti te gusta ser prostituta? ¿Tienes problemas de autoestima?
 
Cuando empecé, llegué con todos los estigmas. Conforme fui trabajando, vi que lo malo no era la actividad en sí, sino las condiciones en las que trabajábamos. La gente te hostiga o no te respeta y hay una violencia institucional que ejerce la policía. En las leyes punitivas, nos afecta el estigma de puta, que es el causante de nuestras angustias y de nuestra soledad. El estigma hace que muchas no nos consideremos sujetos políticos.
 
¿Qué derecho tengo yo a juzgar lo que haces con tu cuerpo?
 
Hay ciertas compañeras que no pueden dar la cara porque, en algún momento, temen que sus hijos sufran acoso escolar. Es el causante de la despolitización del colectivo.
 
Esta gente que os pone trabas, los políticos, la sociedad, cierto feminismo, ¿no hay en todo esto mucha hipocresía?
 
Mucha. El mundo del porno es el más visitado en las redes y nadie lo reconoce. Si la pornografía estáreconocida laboralmente, la prostitución no. Hay muchas actrices que se consideran trabajadoras sexuales y también están denunciando sus indefensiones y abusos. En el sindicato OTRAS tenemos actrices del sector porno que se consideran trabajadoras sexuales. Lo bueno es que han entendido que todas hacemos lo mismo, lo que cambian son los escenarios, y así surgió la idea de organizarnos y crear este sindicato, cuando los demás nos cerraban las puertas. OTRAS es la Organización de las Trabajadoras Sexuales.
 
¿Vais a asistir el 8 de marzo con vuestra pancarta?
 
Sí. De hecho, asistimos el año pasado y fue algo horroroso. Es un lugar donde a las putas se las hostiga y se las abuchea. Nos sentimos maltratadas por el abolicionismo. Nos acusan de ser proxenetas con una impunidad tal que raya en el Código Penal. Lo que denunciamos son nuestras indefensiones.
 
Sin embargo, sí hay colectivos que os tratan con respeto. Por ejemplo, vi una entrevista que os hicieron en Diagonal.
 
Sí, el que nos ataca es solo cierto feminismo, el que está en el poder, el que está aliado con él para resguardar el orden
 
La actividad de puta en los polígonos, ¿es una actividad de riesgo?
 
Sí, y la policía no nos protege. Cuando pactamos con los clientes, pactamos servicios, tiempo. El uso de preservativos no se negocia, y cobramos antes de ello. De resultas de la persecución de la prostitución, estamos más pendientes de la policía que de darnos cuenta de a qué clase de personas vamos a dar estos servicios. La criminalización de la prostitución no nos permite que podamos negarnos a dar unos servicios a ciertos clientes que consideremos inapropiados como haríamos con la despenalización.
 
¿Estáis dispuestas a negociar el lugar y que esté lejos de los colegios?
 
En AFEMTRAS lo que queremos es un sitio donde podamos trabajar sin molestar ni ser molestadas. Y que podamos llegar a acuerdos con los vecinos y empresarios porque, cuando se llega a consensos, eso es enriquecedor. Ahora, en Villaverde, nos echan la culpa por el estado de abandono en el que está el polígono. En la zona hay pocas papeleras. Hemos hecho actividades, como limpiar, e incluso llegamos a atar a los postes las bolsas de basura. Hubo momentos en que se negaban a recoger las basuras. Hemos denunciado a los que echan escombros ahí, y no se nos ha tenido en cuenta. Como ciudadanas, no podemos denunciar.
 
¿Reclamáis el cariño y el respeto de la gente?
 
Cariño no. Hay un feminismo hegemónico que quiere ser el único, la voz de todo, y que no reconoce que el feminismo tiene muchas corrientes y que hay una pluralidad. En esa lucha pretenden acallar voces. Nosotras pedimos respeto como ciudadanas y como sujetos políticos. Ahora mismo, hay figuras prominentes del abolicionismo que están en las academias y que están enseñando, mediante la libertad de cátedra, a una generación de estudiantes a ser violentos con las prostitutas. Les dicen que se paga por violar. ¿Qué clase de educación están dando a estos estudiantes? O sea, ¿el dinero te otorga poder para que hagas lo que quieras, para que puedas violar? Las putas nunca hemos considerado que esto deba ser así. Es de una gran irresponsabilidad. Si afirman esto, ¿cómo vamos a poder denunciar los casos de violación cuando realmente se den? Y decir que no existe violencia en la prostitución no es cierto. Se nos acusa de romantizar las relaciones con los clientes, y hay clientes violentos.

Una prostituta, entonces, ¿no puede denunciar una violación?
 
Claro que no, bajo estas premisas, porque te han pagado por ello. La violencia de los clientes es simbólica y tiene que ver con comportamientos machistas. Por ejemplo, cuando nos cuestionan el precio de los servicios o hacen comentarios racistas sobre algunas compañeras. Ahora se está reduciendo nuestro abanico de clientes y nos estamos quedando con la mierdecilla. Por muy autónoma que seas, si se crean condiciones de precariedad la puta, como toda la clase trabajadora, pierde derechos.
 
Alguna otra cosa que quieras decirnos...
 
Que he alternado, como migrante, mi trabajo de prostituta con otros trabajos. He trabajado en casas y otros “trabajos dignos” más. Me he tenido que pagar la seguridad social. Jamás me he sentido tan violentada como en estos trabajos, incluso más que en la prostitución.
 
Gracias, Ninfa, y mucha suerte.



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